La inclusión de las Nuevas Tecnologías en el aula se vuelve indispensable, ya que el universo de les estudiantes ya resulta mixto, una combinación de lo virtual y lo físico.
Si bien ya desde la década de 1960, autores como Marshall McLuhan intuyeron que los medios forman
un ambiente o entorno sensorial (un médium) que habitamos y transitamos con fluidez en el siglo XXI, la naturaleza de los medios
de comunicación está totalmente volcada hacia los sujetos en un doble juego: las personas
usamos los instrumentos de comunicación, otorgando voluntariamente la información que los
medios requieren a fin de personalizar la experiencia de uso de las interfaces, pero a su vez, los
medios nos modelan sin que seamos conscientes de ello.
Las redes sociales traen un nuevo universo de “pares” con los que hermanarse y compararse,
los pares serán parte de un grupo social más amplio con el que se compartan visiones y maneras
de entender el mundo. Este nuevo contexto puede ser elegido en cierta medida de acuerdo a
la propia naturaleza de las redes sociales. A través de la construcción de amistades virtuales, de
interacciones, los estudiantes seleccionan en cierta medida el ámbito de socialización.
Es importante que como adultos acompañantes de un proceso de desarrollo personal, los docentes nos acerquemos a compartir el tránsito de nuestros estudiantes por este universo mixto. el rol del doncente en estos casos resulta más difuso que en el caso de la clase tradicional, no es raro que los estudiantes dominen las herramientas técnicas de manera más eficiente que los "profesionales" y por eso la transmisión de saberes resulta de dos vías. Reconocer esta situacion y colocarse en una posicion receptiva es fundamental para lograr un vínculo de respeto mutuo al reconocer los saberes especificos de cada una de las partes.
En ningún caso proponemos convertir al docente en un "amigo" de Facebook o "seguidor" en Instagram o Twitter, el espacio de lo privado y de lo íntimo, si bien va borrando sus límites a partir de la valoracion de la exhibición de la intimidad, el rol de los docentes debe mantener una distancia que, como indicamos, indique el saber de cada parte.
El trabajo colaborativo permite a los estudiantes dar uso a la cultura de la colaboración, que se muestra en su vida cotidiana por medio de redes sociales, fanfictions, aplicaciones de economía colaborativa y programación de codigo abierto. El ingreso del modelo colaborativo al aula es una muestra más del diálogo del aula con el mundo que la contiene, sin el cual no tiene solvencia.
